Argentina enfrenta un escenario sin precedentes con la intervención estadounidense en su mercado cambiario
Argentina se encuentra en una situación inédita en su historia económica con la intervención directa del Tesoro de Estados Unidos en su mercado cambiario. Esta estrategia se ha llevado a cabo en tres ocasiones desde el jueves 9 de octubre, con montos no revelados y resultados que reflejan una dinámica cada vez más compleja.
La primera intervención tuvo un impacto inmediato y sorprendente, generando una caída intradiaria del dólar que se mantuvo al inicio de la semana siguiente. Sin embargo, esta tendencia se revirtió rápidamente y el dólar comenzó a repuntar. El miércoles, la tendencia alcista se intensificó, lo que llevó al Tesoro estadounidense a intervenir nuevamente. A pesar de las ventas iniciales, el mercado logró revertir el movimiento y cerró con un aumento del 1,47%. El jueves, el dólar subió un 3%, a pesar de una nueva intervención del Tesoro en los últimos 15 minutos de la sesión.
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Dólar, intervención y presión compradora
¿Está el mercado perdiendo la razón o desafiando abiertamente al gobierno de Estados Unidos? Ninguna de las dos opciones parece ajustarse a la realidad. La clave radica en un análisis elemental de la oferta y la demanda, principios que rigen cualquier mercado, incluido el cambiario. El gobierno argentino busca anclar el dólar a un precio específico, pero a ese nivel la demanda supera con creces la oferta disponible. En un mercado libre, el precio se ajustaría al alza hasta equilibrar ambos lados de la ecuación. Sin embargo, al imponer un tope artificial, alguien debe cubrir el déficit entre lo que los compradores desean adquirir y lo que los vendedores están dispuestos a ofrecer. A ese precio, la presión compradora persiste.
En Argentina, el mercado ya da por descontado que las bandas cambiarias, tal como se conocen hasta ahora, están terminadas, lo que explica la intensa presión sobre el tipo de cambio. Este patrón se mantendrá al menos en las próximas seis ruedas, con la demanda empujando al dólar hacia ese nivel, independientemente de quién absorba la diferencia. Aunque el Tesoro de EE. UU. tiene la capacidad financiera para sostener esta intervención, su rol no incluye estabilizar monedas extranjeras de manera indefinida.
La anomalía es evidente: el Tesoro estadounidense no puede ni debería reemplazar las funciones del BCRA ni asumir la dirección de la política cambiaria local. Este episodio destaca la urgencia de restaurar un marco de normalidad en la gestión monetaria argentina para evitar que las intervenciones, por más potentes que sean, resulten insuficientes frente a las fuerzas del mercado.
Conclusión
La intervención del Tesoro de Estados Unidos en el mercado cambiario argentino ha generado un escenario complejo y sin precedentes. A pesar de los esfuerzos por estabilizar el peso, la presión de la demanda continúa desafiando las medidas tomadas. Es fundamental encontrar una solución sostenible a largo plazo para restaurar la estabilidad en el mercado cambiario y evitar que intervenciones extraordinarias se conviertan en la norma.