Impuesto sobre dormitorios desocupados en Australia: propuesta polémica
En medio de la creciente crisis habitacional en Australia, ha surgido una propuesta que ha generado controversia: la implementación de un impuesto sobre los dormitorios desocupados. Esta idea surge en un momento en el que el gobierno federal se esfuerza por alcanzar su objetivo de construir 1,2 millones de viviendas en los próximos cuatro años. Sin embargo, diversos expertos del sector han señalado que el problema va más allá de la cantidad de viviendas, abarcando también su tipo y distribución.
Desajuste entre la oferta inmobiliaria y la realidad demográfica
Según datos recientes, más del 60 % de los hogares australianos están compuestos por una o dos personas, pero la mayoría de las nuevas viviendas continúan siendo diseñadas para familias, es decir, con tres o más dormitorios. Esta discrepancia ha sido calificada como una “desconexión” entre la realidad demográfica del país y la oferta inmobiliaria.
Algunos expertos del rubro inmobiliario han señalado que si bien no está mal que las personas vivan en casas más grandes de lo que necesitan, esto puede representar una ineficiencia significativa en la asignación del espacio habitacional. Por ejemplo, más de 1,3 millones de hogares compuestos por dos personas viven en viviendas de tres habitaciones, superando incluso al número de hogares con tres o cuatro residentes en ese mismo tipo de inmueble.
Propuesta de gravar las viviendas con más habitaciones de las necesarias
Ante esta situación, el gobierno federal junto con algunos desarrolladores socialistas han propuesto gravar las viviendas con más habitaciones de las necesarias y reducir el costo de vivir en propiedades más pequeñas. También se plantea eliminar el impuesto de timbre (stamp duty), que dificulta la movilidad, y reemplazarlo por un impuesto a la tierra más amplio, que refleje el tamaño y el uso del terreno ocupado.
Sin embargo, esta propuesta del llamado “impuesto a los dormitorios vacíos” ha sido recibida con escepticismo y duras críticas. Aunque se reconoce la necesidad de reformas en el sistema habitacional, gravar a las personas por tener espacio adicional en sus viviendas es visto como una intromisión excesiva del Estado en las decisiones personales y familiares.
Riesgos y críticas a la propuesta
Muchas personas mayores, por ejemplo, permanecen en sus hogares grandes no por capricho, sino por vínculos emocionales, razones de salud o falta de alternativas adecuadas para mudarse. Además, esta medida corre el riesgo de penalizar injustamente a quienes legítimamente requieren espacio adicional por motivos no siempre visibles en las estadísticas.
En lugar de aplicar sanciones a quienes ya poseen viviendas más grandes, sería más justo y efectivo incentivar la construcción de viviendas intermedias, como dúplex, departamentos de baja altura o viviendas residenciales, que se adapten mejor a la estructura actual de los hogares.
Conclusión
La propuesta de implementar un impuesto sobre los dormitorios desocupados en Australia ha generado un intenso debate en medio de la crisis habitacional que enfrenta el país. Si bien es necesario abordar la desconexión entre la oferta inmobiliaria y la realidad demográfica, gravar a las personas por tener espacio adicional en sus viviendas plantea desafíos éticos y prácticos. Es fundamental encontrar un equilibrio que incentive la construcción de viviendas adecuadas sin penalizar injustamente a quienes necesitan espacio adicional por razones legítimas.