El Tesoro de EEUU irrumpe en el mercado cambiario argentino: un gesto contundente en medio de una nueva crisis
En un informe con tono optimista, el banco de inversión Barclays celebró la intervención del Tesoro de Estados Unidos para estabilizar el mercado cambiario y respaldar al gobierno de Javier Milei, calificando la medida como “casi sin precedentes” en la historia reciente.
Según el análisis, la decisión del secretario del Tesoro, Scott Bessent, de adquirir pesos argentinos registra apenas tres antecedentes: la compra de yenes japoneses en 1998 y 2011, y de euros en el año 2000.
El informe, titulado “Lo que sea necesario quiere decir lo que sea necesario (incluso comprar pesos argentinos)”, alude a la famosa frase del expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, cuando comprometió todos los recursos posibles para defender al euro en medio de la crisis de deuda de 2012.
El informe elogió la actitud del Tesoro de los EEUU pero planteó riesgos.
Para Barclays, el apoyo explícito de Washington representa un giro sustancial respecto de la situación previa, al aportar confianza y liquidez en un contexto de fragilidad política y económica. Aunque reconoce que parte del mercado ve el respaldo como insuficiente para resolver los desequilibrios estructurales del país, el banco sostiene una visión contraria: el auxilio del Tesoro cumple un papel clave para frenar una espiral de depreciación, inflación y desconfianza política.
“La intervención actúa como un dique frente a escenarios disruptivos y reduce el riesgo de una devaluación desordenada o un salto inflacionario con consecuencias políticas”, señala el documento.
Cuatro preocupaciones del mercado
A pesar del tono favorable, Barclays identificó cuatro focos de preocupación entre los inversores internacionales tras el anuncio del programa de asistencia:
– Sospechas de una maniobra electoral. Algunos operadores temen que la promesa del Tesoro sea solo un gesto político antes de las elecciones. Barclays descarta esa lectura, argumentando que un retroceso implicaría un costo reputacional elevado para Bessent y para la administración estadounidense.
– Sustentabilidad macroeconómica. El informe advierte que un régimen cambiario con un peso sobrevaluado podría derivar en una nueva crisis, aunque confía en que Estados Unidos exigirá un marco económico sólido a cambio de su respaldo.
– Persistencia del apoyo tras los comicios. Los analistas reconocen que la continuidad del programa dependerá de la evolución política y del resultado electoral, lo que podría reactivar tensiones cambiarias hacia fin de año.
– Capacidad de contención en el corto plazo. Barclays estima que, si aumentan las presiones de dolarización, podrían aplicarse controles cambiarios temporales para evitar una corrida previa a las elecciones.
Dolarización: descartada, pero bajo observación
El informe descarta que la dolarización esté actualmente en agenda, aunque admite que el respaldo del Tesoro o incluso de la Reserva Federal podría hacerla técnicamente posible en un escenario extremo.
“No creemos que esto esté sobre la mesa”, aclara Barclays, pero advierte que una conversión parcial —limitada al dinero en circulación, unos u$s15.000 millones— podría financiarse con las reservas líquidas actuales