“Chiqui Tapia promociona a Patria Grande en los partidos de fútbol”

tupacbruch
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“Chiqui Tapia promociona a Patria Grande en los partidos de fútbol”

El fútbol argentino como campo de batalla político

El fútbol argentino, refugio cultural de millones, atraviesa un momento crítico: se ha convertido en un campo de batalla político donde la dirigencia de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y el kirchnerismo más radical instrumentalizan los estadios para sus propios intereses. La figura de Claudio “Chiqui” Tapia, reelecto en 2020 “por aclamación” en una asamblea remota y sin oposición, emerge como el articulador de esta fusión entre poder deportivo y poder político.

Utilización del fútbol como plataforma de campaña electoral

La denuncia sobre una publicidad en el estadio de San Lorenzo con la consigna “¿Cómo frenamos a Milei? El 7 de septiembre Fuerza Patria”, aunque aún no confirmada oficialmente, expuso un trasfondo evidente: la utilización del fútbol como plataforma de campaña electoral. El mensaje coincide con la fecha de los comicios legislativos bonaerenses desdoblados por Axel Kicillof, el 7 de septiembre, una estrategia diseñada para aislar la gestión provincial del calendario nacional de octubre y confrontar de lleno con el Gobierno de Javier Milei.

La facción “Fuerza Patria” y la identidad de hincha como militancia política

Detrás de este entramado aparece la facción “Fuerza Patria”, identificada como el núcleo más radical del kirchnerismo, con Cristina Kirchner como figura central en la confección de listas. La elección de un estadio como canal de propaganda no es casual: se busca fundir la identidad de hincha con una causa partidaria, trasladando la pertenencia deportiva a una militancia política.

El responsable de garantizar este engranaje es Tapia, quien ha encontrado en su enfrentamiento con la Casa Rosada el motivo perfecto para posicionarse como “líder de la oposición a nivel nacional”. Su férrea negativa a la propuesta oficial de transformar a los clubes en Sociedades Anónimas Deportivas (S.A.D.) es presentada como un gesto de defensa del modelo asociativo, cuando en los hechos funciona como un mecanismo para sostener su hegemonía y el respaldo de su base, el grupo “Ascenso Unido”.

Incumplimiento de normas y sanciones laxas

Pese a que el Código Disciplinario de la AFA prohíbe “cualquier forma de propaganda de ideología extremista” y la propia CONMEBOL veta mensajes de naturaleza política en los estadios, las sanciones nunca se aplican con rigor. El Tribunal de Disciplina de la AFA, acostumbrado a decretar amnistías y sanciones leves, ha convertido las normas en letra muerta cuando se trata de casos que comprometen al poder de Tapia.

En resumen, el fútbol argentino se ha convertido en un escenario donde la política y el deporte se entrelazan de manera peligrosa, utilizando los estadios como plataformas de propaganda y confrontación. La figura de Claudio “Chiqui” Tapia, en su rol de líder opositor, ha sido clave en esta fusión, generando controversia y cuestionamientos sobre la transparencia y la ética en el ámbito deportivo.

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