En pleno corazón de Barracas, al sur de la Ciudad de Buenos Aires, se encuentra Colonia Sola, también conocido como el Barrio Inglés. Este pequeño conjunto de viviendas, levantado a fines del siglo XIX para trabajadores del ferrocarril, guarda un encanto arquitectónico único que remite a un rincón de Liverpool en medio del paisaje porteño. Sin embargo, hoy enfrenta el desafío del abandono y el reclamo urgente por su recuperación.

Un pedazo de historia ferroviaria
Colonia Sola nació hacia 1889, cuando la empresa ferroviaria decidió construir un barrio para alojar a su personal. Allí convivieron obreros y jerárquicos en casas de ladrillo visto, techos a dos aguas y galerías típicamente británicas. Aún se pueden ver detalles originales como desagües pluviales de hierro fundido y las fachadas alineadas en bloques paralelos a las vías del tren.
Más que un barrio, Colonia Sola fue un verdadero pueblo ferroviario: un lugar de pertenencia, con una calle central que servía como punto de encuentro para familias y vecinos unidos por la vida del ferrocarril.

El presente: patrimonio en riesgo
Hoy Colonia Sola está conformada por 71 viviendas, muchas habitadas por descendientes de aquellos primeros ferroviarios. Pero la postal pintoresca convive con un deterioro alarmante: techos con riesgo de derrumbe, balcones inestables, filtraciones y cableados precarios.
Aunque existe la Ley 459, sancionada en el año 2000 para rehabilitar y subdividir el complejo en propiedad horizontal, gran parte de lo prometido no se cumplió. Los vecinos incluso presentaron un amparo para exigir que el Gobierno de la Ciudad avance con las obras necesarias.
¿Qué se está haciendo?
El Instituto de Vivienda de la Ciudad anunció licitaciones para trabajos de emergencia: refuerzos estructurales, mantenimiento de instalaciones comunes y reparación de techos. Sin embargo, los habitantes de Colonia Sola denuncian que esas intervenciones llegan a cuentagotas y no alcanzan para detener el deterioro progresivo.

Colonia Sola como patrimonio cultural
Más allá de sus ladrillos y tejas, Colonia Sola representa un testimonio social y cultural de Buenos Aires. Su valor histórico lo convierte en un enclave que debería preservarse como ejemplo de arquitectura ferroviaria inglesa y como memoria viva de las familias trabajadoras que lo habitaron durante generaciones.
Visitar Colonia Sola es recorrer un rincón casi secreto de Barracas, donde el tiempo parece haberse detenido. Un barrio que no solo merece ser recordado, sino también rescatado del olvido para que vuelva a brillar como parte del patrimonio porteño.
