La caída de la natalidad y su impacto en la política
La disminución global de la tasa de natalidad no afecta de la misma manera a todos los sectores políticos. Según un informe publicado por el Financial Times, el descenso en la tasa de nacimientos está mayormente impulsado por la izquierda. Basado en datos de la US General Social Survey, el World Values Survey y el trabajo del antropólogo Martin Fieder (2018), se revela que el promedio de hijos entre progresistas está disminuyendo tanto en Estados Unidos como en el mundo desarrollado.
La brecha entre conservadores y progresistas
En Estados Unidos, desde 1980, la brecha entre conservadores y progresistas se ha ampliado drásticamente. Mientras que los conservadores aún tienen alrededor de 2.4 hijos por adulto mayor de 35 años, los progresistas han caído a apenas 1.8 hijos. En los países desarrollados, la tendencia es similar: la natalidad progresista ha descendido a 1.6 hijos en 2020, muy por debajo del nivel de reemplazo poblacional, mientras que la conservadora se mantiene cerca de los 2 hijos.
La paradoja es evidente. Al ceder el tema de la familia y los hijos a la derecha, los progresistas corren el riesgo de abrir paso a un mundo más conservador. Cada generación nacida bajo estas condiciones tiende a inclinarse más hacia la derecha por un simple factor demográfico.
Impacto demográfico y político
El antropólogo Martin Fieder señala que este patrón puede haber desplazado a las sociedades occidentales hacia la derecha en las últimas décadas. Además, la baja natalidad implica envejecimiento poblacional, mayor presión fiscal y la necesidad de más inmigración para sostener el equilibrio económico. Estos factores alimentan la demanda de políticas conservadoras, como la reducción de impuestos y el control migratorio.
Otro mito que desmonta la investigación es el argumento ecologista de la izquierda. Reducir los nacimientos, argumentan, ayudaría al planeta. Sin embargo, los datos muestran lo contrario: las emisiones de carbono están más relacionadas con la innovación tecnológica y el tipo de energía utilizada que con el número de habitantes.
El futuro político y demográfico
Lejos de ser un gesto “verde”, tener menos hijos podría incluso frenar el progreso climático, ya que sociedades más jóvenes tienden a ser más innovadoras, mientras que las más envejecidas tienden a proteger el statu quo. El Financial Times concluye que la mayor jugada de la derecha fue convencer a la izquierda de que hablar de familias e hijos era un tema codificado como conservador.
En resumen, la realidad demográfica no entiende de ideologías. Los progresistas, atrapados en su culto a la individualidad y al ambientalismo mal entendido, están construyendo un futuro en el que la derecha será la fuerza dominante por simple peso generacional.