En los últimos 90 días, un 37% del espacio en los bloques de Bitcoin estuvo ocupado por datos que no transmiten valor monetario. Esto representa unos 0,58 megabytes (MB) por bloque, lo cual es significativo considerando que cada bloque tiene un tamaño máximo de 1,5 o 1,6 MB en promedio. Estos datos se componen de salidas mediante el opcode OP_RETURN (0,36 MB) y datos incrustados usando el protocolo Ordinals (0,22 MB).
Bitcoiners debaten sobre cómo se está usando la red
A comienzos de octubre, se reportó que casi la mitad de las transacciones registradas en Bitcoin no movían dinero, sino que correspondían a otros tipos de inscripciones o almacenamiento de datos mediante OP_RETURN. Renaud Cuny, desarrollador y operador de nodos, señala que gran parte de esta ocupación proviene de usuarios que utilizan la red para guardar información que no tiene relación con pagos.
En su análisis, Cuny menciona que los usuarios que insertan datos no monetarios en la red pagan tarifas bajas, pero se benefician del mismo nivel de seguridad que los usuarios que envían pagos. Esto tensiona la función original de Bitcoin como sistema de transferencia de valor y ha generado debates sobre la necesidad de introducir cambios en el protocolo, como un posible soft fork para limitar este tipo de operaciones.
Si bien la presencia de transacciones no monetarias puede saturar el espacio de los bloques y elevar las tarifas, los mineros se benefician directamente de esa congestión al cobrar por cada transacción incluida en bloques que de otra manera estarían más vacíos. Cuantos más usuarios compitan por espacio en el bloque, más aumentan los ingresos por comisiones, lo que incentiva a los mineros a mantener la red operativa y segura.
El debate se amplió con la respuesta del desarrollador Wicked, quien considera que el lanzamiento de Bitcoin Core v.30 no tendría un impacto significativo en este tema. Según Wicked, los cambios técnicos introducidos recientemente no alteran las condiciones de propagación de este tipo de transacciones. Los usuarios que buscan incluir datos no monetarios ya disponen de mecanismos y conexiones que les permiten llegar fácilmente a los mineros, por lo que el problema no estaría relacionado con la nueva versión del software, sino con la política de aceptación y retransmisión de transacciones que algunos operadores aplican de manera voluntaria.
Conclusion
Las posturas enfrentadas reflejan una tensión persistente entre la preservación del propósito monetario original de la red y quienes promueven otros diversos usos, como las inscripciones. Es importante seguir debatiendo sobre cómo se está utilizando la red de Bitcoin y encontrar un equilibrio que permita mantener su funcionalidad como sistema de transferencia de valor, al tiempo que se exploran nuevas formas de aprovechar su tecnología para almacenar datos no monetarios.
