El Gobierno nacional anunció oficialmente el inicio del proceso para avanzar en la privatización de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), la empresa encargada de proveer servicios de agua potable y cloacas en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense.
¿Por qué se busca privatizar AySA?
Según informaron fuentes oficiales, el objetivo principal de esta medida es reducir el déficit fiscal, mejorar la eficiencia en la prestación del servicio y atraer inversiones privadas para modernizar la infraestructura. Desde el Ejecutivo sostienen que la participación privada permitirá agilizar obras y garantizar un servicio más sustentable.
Un anuncio con impacto político y social
AySA, una empresa estatal que nació tras la salida de Aguas Argentinas en 2006, atiende a más de 14 millones de personas. Su posible privatización genera debate:
- A favor: el Gobierno argumenta que el sector privado puede aportar recursos y tecnología para mejorar la calidad del servicio.
- En contra: gremios y sectores opositores advierten sobre el riesgo de aumentos tarifarios y pérdida de control estatal sobre un recurso estratégico como el agua.
¿Cómo será el proceso?
El plan contempla una licitación internacional que podría concretarse en los próximos meses. Antes, se realizará una auditoría completa sobre la situación financiera y operativa de la compañía. El Gobierno también evalúa un esquema mixto, donde el Estado mantenga una participación minoritaria para supervisar la gestión.
Próximos pasos y desafíos
El anuncio se da en un contexto de fuerte ajuste fiscal y búsqueda de equilibrio en las cuentas públicas. Sin embargo, la privatización de AySA podría enfrentar resistencia sindical y plantear discusiones en el Congreso, donde será necesario avanzar con cambios regulatorios.
La decisión marca un giro relevante en la política de servicios públicos, abriendo un debate sobre el rol del Estado en la provisión de bienes esenciales. ¿Será el inicio de una nueva ola privatizadora?