Incendio intencional en la iglesia de Santiago Apóstol de El Pozuelo
El pasado domingo, la pedanía granadina de El Pozuelo se vio sacudida por un grave incidente que alteró la tranquilidad del verano. La iglesia de Santiago Apóstol, construida entre los años 1993 y 1994 y centro de la vida religiosa local, fue objeto de un ataque que resultó en un incendio intencional.
El incidente
Según informaron las autoridades, alrededor de las 14:00 horas, un joven de 21 años de origen marroquí ingresó al templo tras romper una vidriera con un martillo. Una vez dentro, causó destrozos y posteriormente inició un incendio con un mechero. La rápida intervención de los servicios de emergencia, incluidos los Bomberos de Motril, la Guardia Civil y la Policía Local, evitó que las llamas se propagaran aún más.
Los vecinos, algunos de los cuales se unieron con mangueras para ayudar a sofocar el incendio, colaboraron con las fuerzas de seguridad. A pesar de los esfuerzos, los daños materiales en el templo fueron considerables.
Reacciones y consecuencias
El Arzobispado de Granada emitió un comunicado condenando el acto, calificándolo como “intencional” y denunciando un “atentado a lo más sagrado del culto cristiano y de los sentimientos religiosos de la mayoría de sus habitantes”. Agradeció la labor de los bomberos, la Guardia Civil y las parroquias locales, y exhortó a los fieles a “desagraviar a Dios” frente a lo sucedido.
La Guardia Civil acordonó la zona y la Policía Judicial inició una investigación para esclarecer lo ocurrido. Este incidente, más allá de los daños materiales, ha generado preocupación en la comunidad y ha reavivado el debate sobre la seguridad de los lugares de culto en un contexto de creciente tensión social, cultural y altos niveles de migración ilegal en España.
Conclusión
El incendio intencional en la iglesia de Santiago Apóstol de El Pozuelo ha conmocionado a la comunidad local y ha puesto de manifiesto la importancia de proteger los lugares de culto. Es fundamental que se tomen medidas para garantizar la seguridad de estos espacios y prevenir actos vandálicos que atenten contra la libertad religiosa y la convivencia pacífica en la sociedad.
