Washington – El Gobierno de Estados Unidos anunció que destruirá toneladas de alimentos almacenados para emergencias tras detectarse riesgos de contaminación que comprometen su inocuidad. La medida, confirmada por el Departamento de Agricultura (USDA), busca prevenir incidentes que puedan afectar la salud pública en situaciones de desastre.
Según el comunicado oficial, se trata de productos que integraban reservas estratégicas destinadas a catástrofes naturales y emergencias humanitarias. “La seguridad alimentaria es prioritaria. Ante la menor duda sobre la calidad, actuamos para garantizar que nada llegue a la población en condiciones no aptas”, indicó un vocero del organismo.
Impacto y costos para el Estado
La destrucción del stock implicará pérdidas millonarias y la apertura de nuevas licitaciones para reponer las reservas, lo que podría generar demoras en la cadena de abastecimiento para programas federales. Si bien no se especificó el volumen exacto, se habla de “miles de toneladas” que estaban almacenadas en distintos puntos del país.
Funcionarios remarcaron que la decisión responde a una auditoría rutinaria que detectó problemas en los envases y riesgos microbiológicos en lotes críticos. “Es preferible asumir el costo ahora que enfrentar una crisis sanitaria más adelante”, subrayaron.
Reacción y debate público
La noticia despertó críticas sobre los controles previos y la gestión del inventario estratégico. Organizaciones civiles reclamaron más transparencia sobre los contratos con proveedores y el impacto que tendrá la reposición de los alimentos en el presupuesto.
Por su parte, analistas advierten que el episodio refuerza el debate sobre la dependencia del país en sistemas de almacenamiento masivo y la necesidad de innovar en métodos que garanticen la preservación sin riesgos.