Las emisiones corporativas ligadas a la inteligencia artificial ya representan el 14% del mercado de deuda de alta calidad
La deuda corporativa vinculada a la inteligencia artificial (IA) ha alcanzado un récord histórico de u$s1,2 billones, consolidándose como el segmento más grande dentro del mercado de grado de inversión, según un informe del banco de inversión J.P. Morgan. Esta cifra refleja el peso creciente de las empresas de IA, que hoy representan el 14% del mercado de deuda de alta calidad, frente al 11,5% que tenían en 2020. Con este salto, el sector superó incluso a los bancos estadounidenses, tradicionalmente dominantes, que ahora concentran un 11,7% del índice J.P. Morgan US Liquid Index (JULI).
La deuda corporativa de inteligencia artificial se dispara
Los analistas del organismo, entre ellos Nathaniel Rosenbaum y Erica Spear, identificaron 75 empresas de sectores como tecnología, servicios públicos y bienes de capital estrechamente ligadas a la IA. Entre ellas figuran Oracle, Apple y Duke Energy, destacadas por su gran liquidez, bajo apalancamiento y una intensa actividad emisora de bonos. Actualmente, esta deuda se negocia con un diferencial de 74 puntos básicos, diez puntos por debajo del índice JULI, lo que refleja la confianza de los inversores. El entusiasmo en torno a la inteligencia artificial, desatado tras la llegada de ChatGPT hace tres años, disparó las valoraciones bursátiles de las grandes tecnológicas y fomentó un apetito voraz por su deuda.
Un ejemplo de la situación es la reciente colocación de Oracle, que recaudó u$s18.000 millones en septiembre. La operación, la segunda mayor de este año en grado de inversión, atrajo una demanda de u$s88.000 millones y demostró la fuerte competencia entre bancos y fondos privados por financiar el desarrollo de gigantescos centros de datos.
Las empresas del sector no están exentas de riesgos
Pese a esta solidez, los analistas advierten que la elevada exposición a la IA no está exenta de riesgos. Una eventual corrección en las acciones de las megacorporaciones tecnológicas podría trasladarse al crédito, especialmente si las firmas destinan su liquidez a adquisiciones o grandes proyectos antes de amortizar su deuda. Aun así, J.P. Morgan sostiene que, en términos fundamentales, la mayoría de estas empresas mantienen perfiles financieros sólidos y altamente regulados, lo que respalda sus precios ajustados en el mercado. En este escenario, el banco sugiere que ciertas coberturas, como posiciones cortas en CDS, podrían servir como protección adicional frente a eventuales tensiones en el sector.
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En conclusión, las emisiones corporativas ligadas a la inteligencia artificial están experimentando un crecimiento significativo en el mercado de deuda de alta calidad. A pesar de los riesgos asociados con la exposición a la IA, las empresas del sector mantienen perfiles financieros sólidos y regulados, lo que respalda su posición en el mercado. Es importante que los inversores consideren estrategias de cobertura para protegerse de posibles tensiones en el sector y aprovechar las oportunidades de inversión que ofrece este segmento en crecimiento.