El oro y Bitcoin en el panorama financiero actual
Desde mucho antes de que bitcoin (BTC) diera sus primeros pasos en El Salvador, mi mirada ha estado puesta en el ecosistema. Pero este octubre, con el oro alcanzando los 4.000 dólares por onza, marca un nuevo máximo histórico que captura mi atención. En este momento, lo que me da vueltas en la cabeza es esta pregunta: ¿por qué, en una era de stablecoins y DeFi, el oro eclipsa a bitcoin justo en Uptober —su mes histórico de brillo— y en pleno caos geopolítico?
El cambio hacia activos soberanos y descentralizados
En mi trabajo diario, he visto que la adopción no surge del vacío, sino como respuesta colectiva a sistemas que fallan. Por eso, para mí está claro que el momento actual representa la señal más inequívoca de un mercado en plena transformación. Se está produciendo un giro del dominio unipolar del dólar hacia un ecosistema multipolar. Esto donde activos soberanos y descentralizados emergen como escudos protectores. Sucede porque los Estados y comunidades los priorizan para resguardarse ante emergencias, con independencia de políticas monetarias centralizadas.
Por ejemplo, en la cumbre BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, y sus nuevos miembros Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos) de julio de 2025, se acordó usar oro como colateral en préstamos del Banco de Desarrollo BRICS (NDB). En línea con iniciativas BRICS como el fondo de garantías del NDB de 2025, Brasil ha impulsado financiamiento verde, alineado con su reciente acumulación de oro para mitigar riesgos geopolíticos. Actualmente estos países tienen más de 6.000 toneladas de oro, aproximadamente entre el 20 % y el 21 % de las reservas mundiales de oro de los bancos centrales. Es parte de la fórmula que usan los BRICS para reducir su dependencia al dólar y al Fondo Monetario Internacional (FMI). Todo esto significa que el oro se reposiciona como colateral en redes de préstamos soberanos.
El oro en el terreno del activo ancestral
El oro no solo ha ganado valor, sino que también gana protagonismo por quienes vuelven la mirada hacia él. Desde enero de 2025, el oro ha registrado un incremento del 55%, impulsado por temores a la inflación persistente y las escaladas en tensiones comerciales entre EE.UU. y China. En 2024, los bancos centrales compraron más de 1.000 toneladas de oro por tercer año consecutivo, un récord que se acelera en 2025 con un promedio de 64 toneladas mensuales. Solo en agosto, registraron un rebote neto de 19 toneladas, elevando las reservas globales a alrededor del 15% en oro —un nivel que podría superar los tesoros en portafolios de economías emergentes.
En este contexto, países como Polonia lideran las compras de oro en el mundo, seguidos por Azerbaijan, Kazajistán, China y Turquía. Su principal objetivo es alejarse del dólar y fortalecer sus reservas en un activo tradicionalmente valorado en tiempos de incertidumbre.
En resumen, el oro emerge como un activo de refugio en un mundo financiero cada vez más volátil, mientras que bitcoin continúa su camino como una herramienta de empoderamiento individual y transfronterizo. Ambos activos, cada uno a su manera, reflejan la búsqueda de soberanía y seguridad en un panorama económico global en constante cambio.
La tendencia de acumulación de oro por parte de los bancos centrales
Según datos del World Gold Council, el 95% de los bancos centrales encuestados planean seguir acumulando oro en los próximos 12 meses. Países como China y Brasil lideran esta tendencia, utilizando el oro como colateral en plataformas financieras para financiar proyectos soberanos sin depender del dólar, lo que acelera la desdolarización en regiones vulnerables a sanciones.
Esta tendencia refleja una adopción impulsada por necesidades colectivas más que por modas pasajeras. Bank of America estima que las tenencias óptimas de oro deberían alcanzar el 30% de las reservas, lo que podría desencadenar compras adicionales por hasta 2 billones de dólares y elevar el precio a 10.000 dólares por onza en los próximos años, debido al debilitamiento del sistema dólar.
Estos datos indican que el oro ya no es simplemente una reliquia histórica, sino un pilar en la multipolaridad económica, especialmente en un contexto donde naciones como los BRICS buscan construir redes financieras independientes de Washington.
Bitcoin, el activo de empoderamiento comunitario
En contraste, Bitcoin actúa como un activo de empoderamiento comunitario. Este protocolo descentralizado es ideal para individuos y grupos marginados, lo que lo convierte en una opción atractiva en zonas de exclusión financiera.
Bitcoin ha ganado confianza en lugares como Venezuela, donde la población enfrenta dificultades financieras. Los fondos cotizados en bolsa de Bitcoin han atraído flujos récord de miles de millones de dólares, destacando su importancia tanto a nivel institucional como entre los usuarios cotidianos que utilizan la criptomoneda para transacciones inclusivas y rápidas.
Tanto el oro como Bitcoin representan formas de soberanía financiera, ya sea a través de la acumulación de reservas nacionales en oro o la democratización de Bitcoin a través de la autocustodia. Ambos activos desafían las estructuras centralizadas y ofrecen alternativas a los sistemas financieros tradicionales.
Una dualidad que impulsa la adopción equitativa
La combinación de la acumulación de oro por parte de los bancos centrales y la creciente adopción de Bitcoin en comunidades marginadas representa un cambio significativo en el panorama financiero global. Mientras el oro asegura la soberanía y estabilidad, Bitcoin prospera por su utilidad en la base, permitiendo transacciones rápidas y accesibles sin intermediarios costosos.
Esta dualidad entre el oro y Bitcoin no es una competencia, sino una colaboración que puede catalizar una adopción más equitativa y fortalecer la autonomía financiera en comunidades marginadas. Ambos activos están redefiniendo las economías locales y desafiando las dependencias externas, lo que refleja una transformación en marcha hacia un sistema financiero más inclusivo y descentralizado.
El eclipse temporal del oro sobre Bitcoin en “Uptober” no es una derrota, sino un recordatorio de que la transformación financiera está en curso. La adopción de oro y Bitcoin no debe verse como tendencias pasajeras, sino como parte de un cambio más profundo hacia una mayor autonomía y equidad en el sistema financiero global.
El poder de las narrativas de cambio sistémico
Las narrativas de cambio sistémico son herramientas poderosas que pueden influir en la forma en que las personas perciben y abordan los problemas sociales. Estas historias no solo informan, sino que también inspiran y movilizan a la acción. En un mundo donde la información es abundante pero la atención es escasa, las narrativas efectivas son clave para generar conciencia y promover la transformación.
Importancia de las narrativas de cambio sistémico
Las narrativas de cambio sistémico tienen el potencial de cambiar la forma en que las personas piensan sobre cuestiones complejas y fomentar la solidaridad y la colaboración. Al presentar historias convincentes y significativas, se pueden desafiar las percepciones arraigadas y abrir la mente a nuevas posibilidades. Estas narrativas pueden conectar a las personas a un nivel emocional y motivarlas a actuar en pro del bien común.
Además, las narrativas de cambio sistémico pueden ayudar a construir puentes entre diferentes comunidades y fomentar la empatía y la comprensión mutua. Al destacar las experiencias compartidas y las luchas comunes, se puede crear un sentido de unidad y solidaridad que trascienda las diferencias superficiales. Esto es esencial para abordar problemas sistémicos que requieren la participación de múltiples actores y la colaboración a gran escala.
Claves para crear narrativas efectivas
Para crear narrativas de cambio sistémico efectivas, es importante tener en cuenta algunos elementos clave. En primer lugar, es fundamental identificar y comprender la audiencia a la que se dirige la historia. Conocer sus valores, creencias y preocupaciones puede ayudar a adaptar el mensaje de manera que resuene con ellos y los motive a actuar.
Además, es importante contar con personajes y situaciones que sean auténticos y relevantes para la audiencia. Las historias deben ser creíbles y estar basadas en hechos concretos para generar confianza y credibilidad. Asimismo, es importante presentar soluciones concretas y factibles que inspiren a la audiencia a involucrarse y contribuir al cambio.
Impacto de las narrativas de cambio sistémico
Las narrativas de cambio sistémico pueden tener un impacto significativo en la forma en que las personas perciben y abordan los problemas sociales. Al presentar historias poderosas y convincentes, se puede inspirar a la acción y movilizar a la sociedad hacia la transformación. Estas narrativas pueden desafiar las narrativas dominantes y abrir espacio para nuevas ideas y enfoques.
En resumen, las narrativas de cambio sistémico son herramientas poderosas que pueden influir en la forma en que las personas piensan, sienten y actúan. Al contar historias significativas y convincentes, se puede generar conciencia, fomentar la solidaridad y promover la colaboración. En un mundo cada vez más interconectado, las narrativas efectivas son clave para impulsar el cambio y construir un futuro más justo y sostenible para todos.